El alquiler tiene como objetivo iniciar al usuario en el autoconsumo, aprovechando la energía solar y obtener un ahorro en la factura de la luz. El alquiler de placas solares es la elección más estudiada por los usuarios, para producir su propia energia y consumirla de forma instantanea. Alquilar una instalación de placas solares le permite al usuario disfrutar de todas las ventajas del autoconsumo sin la necesidad de realizar ninguna inversión.
El alquiler de placas solares es la elección más estudiada a la compra por los consumidores, ya que permite a los usuarios poder pasarse al autoconsumo y aprovechar la energía solar realizando unos pagos mensuales fijos de bajo importe y al mismo tiempo comenzar a disfrutar de forma inmediata de la electricidad generada por los paneles solares, reduciendo una parte de su consumo de la red eléctrica.
Esta modalidad brinda la facilidad de la transición energética en las viviendas ya que el desembolso económico inicial lo hace la empresa instaladora y no el usuario.
Aunque las placas solares no sean de tu propiedad, la instalación tiene sus beneficios como:
No tienes de qué preocuparte, si aparece alguna avería, la empresa será la responsable de mantener en óptimas condiciones tu instalación y maximizar la producción solar.
0 inversión inicial, ahorro desde el primer mes
Paneles solares de alto rendimiento
Mantenimiento del sistema
Garantías extendidas
Opción a compra en cualquier momento sin penalización
Puedes acogerte a las diferentes subvenciones, bonificaciones de hasta el 50% en el IBI y hasta el 95% del ICIO, esto dependerá de cada municipio.
El dueño de la vivienda pone a disposición de la empresa fotovoltaica su tejado. La compañía instaladora se encarga de realizar la instalación y será la propietaria del sistema de paneles solares, por tanto, también será la responsable de la manutención y si fuese necesaria, de la reparación
El propietario de la vivienda y la empresa acuerdan un precio por el alquiler y el mantenimiento de la instalación solar. Es fundamental que los consumidores analicen el contrato detenidamente, ya que en este debe figurar las garantías del sistema frente a posibles averías.
Una vez firmado el contrato y realizada la puesta en marcha del sistema, el consumidor tendrá en su posesión la instalación fotovoltaica durante el tiempo que se haya estipulado. La duración de los contratos de alquiler suele ser de entre 10 y 20 años
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